La importancia de cultivar clientes en calidad, no en cantidad
Por tanto, lo que hace grande a una empresa no es tener muchos clientes, sino tener buenos clientes. Clientes fieles, que permanezcan a su lado, que voluntariamente deseen continuar la relación con la empresa. Algo que no se consigue con ganchos comerciales, apelando al bolsillo, sino al corazón.
Lo mejor de una empresa no es presumir de tener muchos clientes, sino de tener buenos clientes.
Los clientes se acercan a las empresas atraídos por una oferta, o por la calidad de un producto; pero se quedan en función de la experiencia que éstas son capaces de proporcionarles.
De ahí la necesidad de desarrollar una estrategia orientada a cultivar clientes satisfechos; y no a conseguir clientes en cantidad. Es importante no perder de vista que el 20% de los clientes nos proporcionan el 80% del beneficio. La ley de Pareto, una vez más, nos abre una ventana a la realidad; invitándonos a reflexionar sobre ella y cuestionarnos nuestra tendencia natural a apostar por conseguir clientes, a toda costa.
Por ello, conviene hacer un cambio de perspectiva, y dirigir nuestro objetivo hacia lo que realmente importa: apostar por la calidad, antes que la cantidad, en la relación con el cliente: